La primera impresión personal tras la visita a la ciudad de Denia es que hay una cierta continuidad con el reportaje fotográfico de Loty; aún son reconocibles determinados entornos urbanos, como la Calle Marques de Campos, la Plaza de la Constitución, etc., a lo que contribuye no poco la presencia notoria e inevitable del Montgó -magnífica, por cierto- el mar y el puerto.
El emplazamiento de la Denia histórica responde claramente a la expresa intención de fortificar el puerto, un punto privilegiado junto al cabo de Sant Antoni que aseguró la navegación de cabotaje entre las islas Baleares y la península pues no en vano el imponente Montgó se destaca desde allí, asegurando el acceso al mar. Esto explica que todo el mundo haya pasado por aquí y la atención prestada a las excelentes posibilidades defensivas del cerro fundacional que ha terminado fuertemente amurallado en lo que para mí es el monumento más notorio de la ciudad: el castillo, reforzado y ampliado casi hasta nuestros días.
De hecho a mi criterio no es solo su núcleo fundacional, también actúa como resorte (con el viejo barrio de pescadores) a partir del cual Denia se reinventa una y otra vez. Hoy en día la gastronomía y el turismo de masas tiene en esa parte que da al mar y al puerto su plato fuerte.
Tendrá que llegar el XVIII para que se asienten sobre la parte trasera del enclave nuevos elementos de modernidad con la Plaza mayor, el Ayuntamiento y la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción conformando un punto central comunicado directamente con el Puerto por la calle principal de la ciudad, bajo una bóveda verde de plátanos centenarios.
Vistas desde el Castillo y de los alrededores de la Cova Tallada, entre Denia y Jávea
Enlaces de interés:
Población y desarrollo urbano de la ciudad de Denia:
A lo pies del Monte Kaon, además de la Torre del Gerro y la Cova tallada, la ermita de Sant Joan una vieja y elegante ermita del gótico catalán, lugares que no he podido visitar y debo dejar para otra ocasión.