Deambulando por el N del término de Elche, buscando el emplazamiento de una
cueva que según uno de mis informantes cualificados estaba en la partida de la
Peña de las Águilas, terminé saliendo a la N-325, conocida como
“Carretera de la garganta” en las inmediaciones de Aspe. Fui a salir detrás de una casilla de peones camineros
semiderruida, enfrente de una rotonda.
Puerta de acceso a la vivienda desde el patio |
Me picó la curiosidad y como primer resultado me
encuentro con que existe una más que abundante colección de material y
referencias históricas en Internet alrededor de este tipo de construcciones lamentablemente abandonadas y dignas de mejor suerte. Incluso se pueden documentar algunos intentos
meritorios para recuperarlas mediante nuevos usos y otros menos meritorios como la subasta de casillas y terrenos adyacentes para hacer caja. Es posible, por otra parte que aquí, en la Comunidad Valenciana aún sean propiedad
del Estado y salvo honrosas excepciones es un patrimonio que está viniéndose abajo pese a que ya
acumulan un montón de años en medio del desconocimiento general pues aventuro que muy pocos jóvenes menores de 30 años sabrán de que va el tema de los peones camineros, pese a que el refranero español contiene numerosas referencias a ellos, algunas incluso poco edificantes.
Lateral E y W |
detallas de la fachada y acceso |
Desde el XVIII hasta la primera mitad del siglo XX el mantenimiento de la red viaria estatal se debía en buena parte a la existencia de las casillas y a las personas que quedaron vinculadas a ellas, los peones camineros.
Chimenea y alacena. |
Desprendimiento del cielo raso y aberturas en el techo |
Una interesante entrada en el periódico digital Petrer al día proporciona una breve historia y abundante información:
Modelos de casillas de peones camineros:
Venta por subasta de las casillas de peones camineros en Murcia
En estos casos el crecimiento de las ciudades ha integrado la casilla en el casco urbano
La imagen que encabeza la entrada se ha extraído de Google street view |