miércoles, 9 de octubre de 2019

Una visita a la batería de Cenizas (Cartagena)

 
En algo más de una hora desde Elche yendo en coche cualquiera puede acercarse a este interesante enclave, digno de visitar en especial si se va acompañado de niños. A quien lo haga le espera un paseo de algo menos de una hora por el camino de acceso a la batería de costa de Cenizas ahora peatonal, sin dificultad alguna pues todo el recorrido es una suave pendiente dentro del Parque natural de Calblanque y Monte de las Cenizas y Peña del Águila, con una tupida y bien cuidada pinada con vegetación autóctona de interés y espectaculares acantilados. 


A  medida que se asciende el recorrido nos regala magníficas vistas del litoral murciano alrededor de Cartagena. La parte más destacada de la excursión es la visita a los espectaculares cañones Vikers, de 18 m. de largo, capaces de lanzar proyectiles de una tonelada a más de 35 Km. con una precisión de metros. Junto con la batería de Castillitos al otro lado de la bahía, formaban la línea de defensa del puerto militar de Cartagena, un sistema esencial para mantener la armada y los buques en el bando republicano durante la Guerra Civil, impidiendo el acceso de la armada sublevada. 

Cerca de allí tuvo lugar la única batalla naval importante de la Guerra Civil frente al Cabo de Palos.  Los avances técnicos inutilizaron el sistema por lo que en 1994 fué abandonada y entró en un rápido proceso de deterioro que ahora parece haberse parado tras su declaración como BIC en 1997, su inclusión en la lista roja de Patrimonio en peligro y la habilitación como lugar visitable por los ciudadanos. Pese a ello aún queda mucho por hacer.

El recorrido además de los cañones y las vistas sorprende por otros elementos de interés:



  • Una visión especial de la degradada bahía de Portmán, uno de los grandes desastres ambientales de la península, que provocó entre otras cosas la eliminación del tradicional puerto de dicha ciudad (el Portus Magnus de los romanos, punto de salida del mineral hacia Roma) y la contaminación irreversible de su bahía. Lo resumiré así: desde 1957 la compañía francesa Peñarroya-España en connivencia con las autoridades de la época, explotó a cielo abierto junto al puerto las piritas de la Sierra Minera, arrojando los vertidos del lavado del mineral altamente contaminantes, directamente al Mediterráneo. Frente a las quejas de todo el mundo, la empresa consiguió que se anulara el puerto de la ciudad, construyendo otro en el Cabo de Palos y la continuidad de los vertidos incontrolados hasta 1980, año en el que la empresa abandona la explotación con las manos limpias. En el paseo, desde la altura pueden verse dos balsas impermeabilizadas y separadas del mar, primer requisito para empezar a extraer los lodos contaminados de la bahía, un proceso que no se atreven a iniciar ante los peligros de incrementar la contaminación de la maltrecha bahía.
Fuente https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/portman-monte-de-las-cenizas-13926612
  • El sorprendente ingreso de la batería de las cenizas, con el puesto de guardia, una imitación de la arquitectura tolteca, inspirada en Chichén Itzá.
  • Muy cerca, el camino de acceso a la batería se cruza con restos de una calzada romana. 
  • Fuera del camino pero en las inmediaciones, el espectacular faro del Cabo de Palos.
Calzada romana de Calblanque: Fuente: http://www.allyouneedinmurcia.com/es/deporte-aventura/calzada-romana/

jueves, 8 de agosto de 2019

Reflotando contenidos: ¿Podemos o no podemos...?

Yo mismo he quedado sorprendido por la vigencia del texto de una entrada de marzo del año 2016, redactada al calor del primer encontronazo de Podemos y  el PSOE. Creo que los electores han reiterado el mandato del 2016, planteando a ambos partidos en una segunda vuelta, que tienen que ponerse de acuerdo para que haya un gobierno progresista. En mi opinión es difícilmente asumible la postura de Pablo Iglesias, su cerrazón a un gobierno de coalición en los términos que ofreció el PSOE, como si el objetivo real fuera cansar al electorado progresista, provocar así la abstención, el quedarse en casa en las próximas, lo que llevaría a un reforzamiento político y electoral de las derechas. La firma de acuerdos entre los socialistas y Podemos en varias autonomías refuerza la imagen de que el problema es el personalismo de Iglesias, teniendo en cuenta que al final el PSOE aceptó un gobierno de coalición. La propuesta "in extremis" que hizo Iglesias en la cámara me produjo vergüenza por lo que dijo. Dió a entender una concepción miserabilista del proceso negociador. Lo peor de todo es que ese tren se ha perdido.
Estoy firmemente convencido de que España es el país más fuerte del mundo.
Lleva siglos queriendo destruirse a sí mismo y todavía no lo ha conseguido
Otto von Bismarck

No puedo evitar un cierto sentimiento de sorpresa ante los silencios y afirmaciones que contiene la carta de Pablo Iglesias Defender la belleza. La primera impresión es que al pasar de puntillas por encima de los detalles del proceso negociador se oculta en realidad lo esencial: el bloqueo previo y premeditado de la cúpula de Podemos a la investidura de Pedro Sánchez. 

Dejando a un lado la endiablada aritmética electoral resultante de las elecciones, lo cierto es que resulta materialmente imposible con la actual Constitución en la mano un referéndum en Cataluña y de paso también cualquier intento previo de reforma constitucional -necesaria para que este sea legal- que no incluya al PP.  Pablo Iglesias ya sabía eso cuando lo proclamaba como condición irrenunciable. Lo que en realidad quería decir es que no iba a colaborar en su investidura, teniendo en cuenta las airadas reacciones de la cúpula del PSOE a Podemos y al referéndum. Además le concedió una importancia excesiva y probablemente inmerecida al Rey al convertirlo en mensajero de las negociaciones para formar gobierno. Aún recuerdo ver en televisión a un Pedro Sánchez sorprendido al enterarse de que antes incluso de presentarse en el obligado turno de consultas ya le habían montado el gobierno con un Vicepresidente y un puñado de ministerios, algunos de novedoso (y polémico) planteamiento. Sinceramente creo que se perdieron las formas y junto con la empecinada defensa del referéndum para Cataluña (pese a que Ada Colau, acertadamente ya había rebajado el tono de sus exigencias) se dinamitó además de la investidura cualquier posibilidad de gobierno de coalición, anteponiendo a mi criterio unas volubles perspectivas de crecimiento electoral en unas supuestas elecciones anticipadas al mandato implícito de buena parte de los ciudadanos: que el PP no volviera a gobernar.
El PSOE se vio empujado así a tener que buscar interlocutores para intentar formar gobierno con los únicos que quedaban (o sea Ciudadanos) en medio de continuos reproches de Podemos por situarse precisamente donde Podemos quería. El pacto resultante, cuyo proceso debe ser enmarcado en un toma y daca vergonzante entre PSOE y Podemos en el contexto al que nos hemos referido más arriba, pone en evidencia entre otras cosas la escasa altura de todos los que participan, pero al menos contiene un aspecto positivo silenciado un poco por todos: imposibilita que el PP vuelva a gobernar, es decir que si el PSOE no puede pactar con Podemos, tampoco Ciudadanos puede hacer lo propio con el PP, ni siquiera con un lavado de cara, creando así un tiempo en el que aún es posible una segunda vuelta de tuerca. pese a la actitud beligerante de Podemos.  
En medio de la carta y de cualquier negociación sensata para llegar a un gobierno progresista, aparece una relación de medidas fácilmente asumibles por la izquierda en general y el PSOE en particular, dirigidas a desmontar en buena parte los ataques sistemáticos del PP a nuestro precario Estado del Bienestar. Y no parece tan complicado, basta con modificar o / y derogar leyes ordinarias para que se cumplan y buena parte de los ciudadanos de este país empiecen a respirar algo mejor, para lo cual es condición necesaria un acuerdo PSOE-Podemos. Están habiendo contactos entre nacionalistas catalanes y Pedro Sánchez para intentar al menos la abstención en la perspectiva de un Estado federal (nunca puesto en pie por el PSOE, todo hay que decirlo, pese a ser una de las luminarias de su programa político). A la vista de la postura asumida por la dirección de Podemos, empecinada en meter palos a esa rueda, parecen anclados a la perspectiva de que solo unas nuevas elecciones podrían crear esas condiciones de cambio. Sin embargo y precisamente por lo voluble de la tendencia de voto también es posible que los electores refuercen a la derecha, dejando a los progresistas en la oposición, en cuyo caso se habrá perdido, quien sabe por cuanto tiempo una oportunidad de oro. Algo similar pasó con el primigenio sorpasso de Anguita. Si Josep Fontana ya avisaba que solo quedará del Estado del bienestar lo que seamos capaces de defender (y cito de memoria) ello podría significar la liquidación de hecho de los escasos jirones de ese estandarte.

Al final, destacar lo que para mí es la parte más interesante: la llamada a un pacto a la valenciana, Aquí tenemos mayoría absoluta, por eso obviamente el pacto no es trasladable al ámbito estatal, así que cabe interpretar esa llamada a un gobierno de coalición en el que Podemos asiste como garante del programa, mientras que el PSOE, Izquierda unida y grupos afines a Podemos, que tienen personalidad jurídica y política propia, participan en un gobierno de coalición. Eso sí sería realmente bello, no como las dimisiones en masa o las destituciones manu militari perpetradas con nocturnidad
Volviendo al tema. De ser cierta esa lectura, con el pacto a la valenciana tendríamos la condición necesaria, solo falta la suficiente. Todo un paso antes de tener que celebrar elecciones anticipadas.
En cualquier caso, agradecer el cariño. Prometo un abrazo a Pablo Iglesias en cuanto lo vea. 
Yo también te quiero, Pablo.