lunes, 27 de abril de 2020

Mientras tanto: materiales para pensar el Automóvil


Al automóvil le quedan 10 años como mucho
Esto hay que decirlo no en sentido literal sino como tendencia histórica que ya está en marcha. El aire y el clima se han vuelto recursos no renovables (ya desarrollaré este tema otro día) y es un auténtico despropósito que cada persona, para desplazarse unos pocos km. vaya cargado con casi una tonelada de hierro, plásticos, combustible y materiales diversos. Hasta hace poco la única opcion ecológica (respetuosa con el aire y el clima) era la bicicleta o ir andando. Con la aparición de las baterías TESLA y los sistemas de recarga se hace posible que además de la bicicleta tradicional puedan utilizarse con provecho las bicicletas eléctricas y los patinetes o motocicletas eléctricas.

Estos productos son más que competitivos con el coche o los sistemas basados en el consumo de energía fósil y el motor de explosión. (Un patinete eléctrico vale menos de 1000 €, una motocicleta 6000. Un coche 10 veces más que el mejor patinete). La dinámica de empleos precarios y la necesidad de vivir y producir en distancias cortas de forma cotidiana apunta a la progresiva sustitución de los motores de combustible fósil por los motores eléctricos de batería, sin olvidar las opciones colectivas y caminar. La gente joven, para acudir a sus obligaciones cotidianas, solo por el diferencial de precios, va a usar cada vez con mayor asiduidad el vehículo eléctrico. Somos un país con mucho sol y otras fuentes de energía limpia como la eólica. De hecho la transición a sistemas de captación y almacenamiento de energía está ya bastante avanzada, en especial desde que se suprimió (parcialmente, creo) el impuesto al sol. Los bancos tienen pillados a un montón de inversores domésticos que se decidieron por invertir en plantas de energía eólica o solar, de manera que ellos ya sabían que la transición energética iba a ir por ahí y solo se escapan del peaje impuesto aquellos que hayan decidido invertir en energía limpia pasando de los jugosos intereses que manejan las instituciones de crédito. Las opciones para la captación de energía solar y eólica son cada día más claras: tejados, viviendas unifamiliares, campos de cultivo abandonados, puntos en medio de corrientes de aire persistentes para la eólica... Si se hace pasando de los créditos es posible recuperar la inversión y obtener beneficios en un plazo relativamente corto, contando con el precio actual de la electricidad y de los combustibles fósiles. Simplificando, podemos decir que si en vez de comprarme un coche instalo una planta de energía solar en mi tejado, con una motocicleta elèctrica pasaré de gastar 30 € a la semana en combustibles fósiles, a menos de 3, durante un montón de años. Cierto es que las opciones eléctricas cojean en cuanto las distancias son medias o largas, en circuitos complejos y cada vez que el tiempo no acompaña, o como alternativa para más de una sola persona, pero eso otro día.


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